Con diferencia de tres días este marzo festeja la palabra pronunciada y recuerda la palabra acallada. Desde 2001 el 21 fue el Día internacional de la poesía, festejo propuesto por la UNESCO para consagrar la palabra. Y hoy, 24 de marzo, en Argentina es el Día nacional de la memoria, la verdad y la justicia, para recordar el día que comenzó la última dictadura militar de 1976.
En su momento la UNESCO declaró: «Es evidente que una acción mundial a favor de la poesía daría un reconocimiento y un impulso nuevo a los movimientos poéticos nacionales, regionales, e internacionales. Esta acción debería tener como objetivo principal sostener la diversidad de los idiomas a través de la expresión poética y dar a los que están amenazados la posibilidad de expresarse en sus comunidades respectivas».

Las palabras acalladas de los poetas secuestrados y asesinados durante la dictadura se rescataron para la memoria de la sociedad en varios libros, generalmente en antologías, pero en esta ocasión destacamos un par (coincidentemente, ambas obras se publicaron en 2005): “Palabra viva. Textos de escritoras y escritores desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado. Argentina 1974/1983” y “Escritos en la memoria. Antología de escritores asesinados y/o desaparecidos entre 1974-1983 en la República Argentina”. La primera obra fue editada por la SEA y CONABIP en la colección Biblioteca Popular. La segunda, antología compilada por María Ardanaz y Enrique Zabala, con prólogo de Norberto Galasso y editada por Los 4 indiecitos.
El terror de la dictadura logró un “silencio histórico momentáneo” ya que la carne fue lacerada, los huesos quebrados y la vida arrancada. La palabra no murió.
Por Vero Brollo